domingo, 4 de noviembre de 2012

Podando mi equilibrio



En este post compartiremos acerca del arte del bonsái; cómo se asemeja a nuestras vidas y lo asombroso de esta práctica. Cuenta la historia que este arte milenario nació en la China y se perfeccionó en Japón.

 Los bonsáis fueron resultado de una necesidad de meditación basada en una técnica muy interesante y podría decirse la más efectiva, observar un árbol durante horas. Los monjes, dándose cuenta que para muchos no era posible hacerlo en la naturaleza, desarrollaron la técnica del bonsái, primero, en los templos. 

Esto se debe a que los arboles son considerados un medio de conexión con lo divino; porque al ser grandes se cree que es para poder alcanzar lo supremo. En la antigüedad, aquellas personas que eran capaces de mantener vivo un árbol en una bandeja (“bon” es bandeja y “sai” es naturaleza) serían las únicas en alcanzar la eternidad; por esto, un bonsái era siempre heredado por generaciones. Reflexionando, el bonsái simboliza nuestra vida. Va creciendo sin ninguna forma y en el camino, con paciencia, se le va dando una forma única. Esa perseverancia de podarse una y otra vez, para mantener la perfección, se asimila a nosotros. 

Tener un bonsái en casa equilibra nuestras vidas. Es conocido por absorber la mala energía y transmitir una de paz. Como los orientales dicen “donde hay un bonsái, está la felicidad”.

 Agradecimientos: http://facebook.com/adoptaunbonsai