domingo, 18 de marzo de 2012

Porque nos desiquilibramos




Desde que tengo uso de razón siempre he observado a gran parte de las personas llevan una vida lamentándose, llenas de problemas por sus mismas obras.
Muy pocas personas reflejan la felicidad en sus rostros transmitiendo todas esas emociones de paz confianza y seguridad. ¿Creo que todos queremos eso no?
Pero hay personas que les gusta compartir momentos con personas infelices, lamentablemente ocurre eso.  Inconscientemente es por causa de un desequilibrio. 



Hay personas que les gusta ser infelices y buscan personas de las mismas emociones, para estar entendidos y provocar la atención de los demás. Esto es grave para la evolución personal.


Los desequilibrios se manifiestan por desórdenes emocionales y también por desórdenes alimenticios, es muy variante dentro del transcurso del día estos cambios. Los desequilibrios  se sienten y se ven a diario.


Hay un sin fin de motivos de desequilibrios por motivo alimenticios y por causas emocionales provocando los desórdenes y afectando a uno mismo y  nuestro entorno. Hay que parar la aguja del tiempo,  dejar de correr y meditar más en nuestras acciones y en todo lo que hagamos tener más conciencia en lo que hacemos


Siempre he observado que la gran parte de la vida de cada uno lo tiene postergando y postergando.


Siempre está desgastándose la  energía para otros y nunca se da su atención en casos opcionales, repasa tus proyectos tus metas y pon tu atención en ti. Resta atención a los que te ocupan demasiado y haciendo lugar para atender a otros.


No olvidar que entre el  80 y 90% de las enfermedades físicas son inducidas por la mente y las emociones. Es oportuno también saber que una persona goza de equilibrio emocional cuando se siente tranquila, confiada, relajada, compensada y en paz consigo misma y con la vida; en cambio si esta desequilibrada se siente infeliz, estresado, ansioso, irascible, resentido, negativo, pesimista y deprimido.


Los seres humanos en cada área de nuestra vida experimentamos una diferente combinación de sentimientos. Algunas veces nos sentimos perfectamente felices, en otras veces nos sentimos inquietos, tensos y hasta frustrados. Hay que tomarse que el tiempo para desarrollar una estrategia e ir buscando los pasos para encontrar felicidad.


Si nos ponemos a reflexionar aún más respecto a nosotros mismos mantenemos un equilibrio emocional de acuerdo a la personalidad, actitud, valores, condición económica, salud, nivel de creatividad, inteligencia, sentido del humor, memoria, capacidad de hablar en público; entonces, si somos conscientes de ello seremos conscientes del grado de equilibrio emocional que cada desarrolla en el proceso de la  vida.


Respira, ve dentro de ti primero y luego veras el mundo entero, se feliz.

domingo, 11 de marzo de 2012

El fuego interno




En la etapa de mi adolescencia, llegó un momento muy esperado. Ya sabiendo el uso debido, significado y lo que representaban, recibí mis Cuencas, Rudras o Yapas, unos collares similares al rosario. Dadas para perfeccionamiento de mi meditación devocional.
Con el tiempo sentía una conexión mas, sentía que tenía un significado más profundo, algo que a los maestros y monjes no he escuchado mencionar. Tal vez un algo que todos deberían sentirlo así como yo lo sentí.

Algo que iba más allá de cantarles las rondas todos los días, estas semillas, aparte de sus bondades tenían algo más. Observaba a la gente Asiática - Oriental llevarlas puestas todo el tiempo, colgadas en el cuello con el mechón rojo del mismo collar; y que les llegaba hasta pecho al costado del corazón. Era la misma distancia que llegaba a sentir; esa sensación de estas mechitas que se conectaban con mi respiración. Así, día a día le daba más atención hasta saber y sacar esta sensación que despertaba mi ansiedad.

Hasta que llegó una noche y en sueños sentía que en mi pecho había una llama, un pequeño fuego, y sin despertar me impresioné; y mucho más cuando empecé a sentir que me faltaba el aire, soñando veía ese fuego apagarse junto con mi respiración, ¡me sentía impotente! Pero comencé a tranquilizarme y comencé a respirar de una manera muy deliciosa. Comencé a sentir el sabor más agradable; de pronto, era el sueño más hermoso que había tenido al darme cuenta que la pequeña llamita se había alimentado con mi respiración.
Al abrir los ojos y salir de mi sueño, vi mi pecho alertado y tenía clavadas ligeramente las pequeñas fibras del mechón de mi collar. Me quedé anonado e inmediatamente comenzaron a venir toda una serie de respuestas a todas mis dudas y sensaciones inexplicables.

En nuestro interior, en el centro de nuestro pecho, hay una llama muy pequeña apunto de apagarse, esa llama nos da calor sin esa llama nuestro ser se enferma y muere.
Al respirar, damos vida a ese fuego. Es como prenderle fuego a pajas secas y soplar muy despacio para que ese pequeño fuego no se apague. Igualmente, debemos hacer con nuestro fuego interno para que cada vez aumente y se encienda. ¡Esa respiración sí es saludable!

Nuestra respiración es muy saludable mientras sea de calidad. Respirar y exhalar hondo, hace que ingrese oxígeno limpio y nuevo para todo nuestro organismo.
Respirando de esta manera, hace que toda nuestra piel, músculos, órganos y huesos se oxigenen. Porque al respirar correctamente das fuerza a la sangre liberando de toda obstrucción a la sangre, existente hasta en las pequeñas venas. Así se evitan las varices, desordenes en la piel en general y problemas cardiacos. Además, una respiración de calidad mejora la concentración, memoria y también la longevidad.

Respiremos para mantener encendida nuestra llama interna. No como usualmente lo hacemos, sino de una manera que busca sentir el sabor de la salud.