domingo, 11 de marzo de 2012

El fuego interno




En la etapa de mi adolescencia, llegó un momento muy esperado. Ya sabiendo el uso debido, significado y lo que representaban, recibí mis Cuencas, Rudras o Yapas, unos collares similares al rosario. Dadas para perfeccionamiento de mi meditación devocional.
Con el tiempo sentía una conexión mas, sentía que tenía un significado más profundo, algo que a los maestros y monjes no he escuchado mencionar. Tal vez un algo que todos deberían sentirlo así como yo lo sentí.

Algo que iba más allá de cantarles las rondas todos los días, estas semillas, aparte de sus bondades tenían algo más. Observaba a la gente Asiática - Oriental llevarlas puestas todo el tiempo, colgadas en el cuello con el mechón rojo del mismo collar; y que les llegaba hasta pecho al costado del corazón. Era la misma distancia que llegaba a sentir; esa sensación de estas mechitas que se conectaban con mi respiración. Así, día a día le daba más atención hasta saber y sacar esta sensación que despertaba mi ansiedad.

Hasta que llegó una noche y en sueños sentía que en mi pecho había una llama, un pequeño fuego, y sin despertar me impresioné; y mucho más cuando empecé a sentir que me faltaba el aire, soñando veía ese fuego apagarse junto con mi respiración, ¡me sentía impotente! Pero comencé a tranquilizarme y comencé a respirar de una manera muy deliciosa. Comencé a sentir el sabor más agradable; de pronto, era el sueño más hermoso que había tenido al darme cuenta que la pequeña llamita se había alimentado con mi respiración.
Al abrir los ojos y salir de mi sueño, vi mi pecho alertado y tenía clavadas ligeramente las pequeñas fibras del mechón de mi collar. Me quedé anonado e inmediatamente comenzaron a venir toda una serie de respuestas a todas mis dudas y sensaciones inexplicables.

En nuestro interior, en el centro de nuestro pecho, hay una llama muy pequeña apunto de apagarse, esa llama nos da calor sin esa llama nuestro ser se enferma y muere.
Al respirar, damos vida a ese fuego. Es como prenderle fuego a pajas secas y soplar muy despacio para que ese pequeño fuego no se apague. Igualmente, debemos hacer con nuestro fuego interno para que cada vez aumente y se encienda. ¡Esa respiración sí es saludable!

Nuestra respiración es muy saludable mientras sea de calidad. Respirar y exhalar hondo, hace que ingrese oxígeno limpio y nuevo para todo nuestro organismo.
Respirando de esta manera, hace que toda nuestra piel, músculos, órganos y huesos se oxigenen. Porque al respirar correctamente das fuerza a la sangre liberando de toda obstrucción a la sangre, existente hasta en las pequeñas venas. Así se evitan las varices, desordenes en la piel en general y problemas cardiacos. Además, una respiración de calidad mejora la concentración, memoria y también la longevidad.

Respiremos para mantener encendida nuestra llama interna. No como usualmente lo hacemos, sino de una manera que busca sentir el sabor de la salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario